Acá les dejo la primera parte del primer cuento que comparto. Espero que vuelvan mañana para leer cómo sigue...
Era una tarde de domingo. Llovía. Llovía sin parar desde el lunes pasado. Prácticamente no había salido de su casa en toda la semana. Estaba harto de mirar televisión. No quería leer. Trató de dormir. No tenía sueño, había pasado la mayor parte de la semana durmiendo. Se escuchaba el agua caer en el jardín. Después de haberla escuchado toda la semana, se había tornado un ruido molesto. Estaba en la cama mirando el techo. Dos manchas de humedad habían resurgido en el viejo techo descascarado de su departamento. El tiempo pasaba lentamente. Miró el celular "18:40". Revisó la línea, no había recibido mensajes ni llamados en toda la semana. Una gota cayó rápidamente desde el techo. A penas rozó su pelo. Cerró los ojos y dio media vuelta. Trataba dormir. El ruido de la lluvia era cada vez más insoportable. Logró sumergirse en una somnolencia. Imágenes mezcladas cruzaban su mente: el jefe burlón, del trabajo que había perdido, el amante de su ex mujer; el rostro del médico que lo había puesto entre la espada y la pared al decirle "deje de fumar ya o no llegará a los 50", "todavía no llego a los 40", pensó él. Pero en realidad el médico estaba en lo cierto ...
lunes, 14 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario